Colaboraciones de Profesionales


Profesora Superior de Flauta y Diafreoterapeuta.
Profesora del Centro Superior Katarina Gurska en Madrid.
Conservatorio Profesional de MúsicaTeresa Berganza.

DIAFREO PARA MÚSICOS

Susana Recio Sánchez

La Diafreo es un método de trabajo corporal de integración que puede ayudar al músico en diferentes facetas claves para su formación y desarrollo como músico y artista.

Desarrollar la conciencia corporal para que el intérprete conozca desde la experiencia la musculatura que utiliza para desarrollar su ejecución con el mayor rendimiento y el menor esfuerzo. Aprender a independizar grupos musculares y a utilizar solamente los músculos necesarios pudiendo enfocar el movimiento y liberando músculos innecesarios para agilizar el movimiento.

Buscar el movimiento con la energía y no con el esfuerzo. Tomar conciencia de movimientos y esfuerzos innecesarios para evitar sobrecargas y tensiones musculares con el fin de obtener una ejecución más ligera y libre.

La diafreo trabaja directamente sobre la respiración favoreciendo su liberación. Mediante este trabajo el intérprete podrá tomar conciencia de su respiración y de sus bloqueos y podrá hacer que ésta sea más flexible y libre para adaptarse a todas las diferentes necesidades que tiene, especialmente los intérpretes de instrumentos de viento. El trabajo de la respiración es esencial en Diafreo. No se pretende enseñar al músico a respirar sino que se observa donde están los frenos que impiden la adaptación de la respiración a las diversas situaciones vitales y se intenta liberarlos. Buscamos la recuperación de la respiración fisiológica, teniendo en cuenta los diferentes planos del bloqueo respiratorio: físico, energético y emocional. La respiración queda completamente condicionada si la caja torácica está ligada e inmovilizada por músculos cortos y contraídos que, a su vez, están fijados por el acortamiento de las cadenas musculares. Este acortamiento puede tener causas físicas, y también emocionales. Dejar fluir la energía y aceptar las emociones que los bloqueos guardaban será importante para que puedan exteriorizarse la creatividad y la expresión.

Muy a menudo, el músico ve limitadas sus posibilidades artísticas por encontrar en su camino limitaciones en su expresión emocional. Es importante que el músico pueda tener un buen contacto y conocimiento de sí mismo y de sus emociones, poder vivirlas y gestionarlas con libertad y madurez. Sus interpretaciones podrían tener así más solidez artística, y la comunicación y el mensaje dejarían de ser meros ejercicios mecánicos y virtuosos. Puesto que la Diafreo contempla la persona como una unidad: física , energética y emocional, será de gran ayuda para desarrollar de una manera equilibrada este conocimiento interior y esta capacidad de expresión emocional. Coexisten en la vida del músico profesional varias experiencias que en función de cómo se gestionen pueden a veces interferir en el buen desarrollo de su potencial creativo: la exigencia, el miedo escénico, miedo al fracaso, o simplemente miedo a mostrarse, la vergüenza, timidez, etc. El trabajo de conciencia corporal, con el método de Diafreo ayudará también, a reforzar la estructura interna del músico contribuyendo así, a reforzar la confianza.

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Terapeuta  en Diafreo y  educadora visual del Método Bates.

DIAFREO Y VISIÓN

Montse Ribas

La manera de habitar el campo visual se relaciona íntimamente con el modo de habitar el cuerpo.

La experiencia nos está demostrando que cuando iniciamos un proceso de trabajo de conciencia corporal, trabajar los ojos y la visión de manera específica es importante. Los ojos más allá de las tensiones que hayan podido estar fijadas en forma de miopía, astigmatismo, hipermetropía, estrabismo, vista cansada… tienen una musculatura que está al servicio de nuestra manera de mirar, de nuestra actitud visual.

La visión es algo complejo, que estructura nuestro sistema nervioso. Nuestros ojos están conectados con todo el cerebro.

Este queda definido con lo que nuestro cerebro selecciona, decide, a partir de una serie de circunstancias vividas que determinan nuestra historia visual, muchas veces cargada de informaciones emocionales.

Por ejemplo si he vivido una experiencia traumática puede estar bloqueando un área de este campo visual o territorio que habitamos.

También podría ser que hubiera quedado fijada una actitud de alerta, definiendo una actitud visual de estrés, donde los ojos no se pueden permitir ni el momento de oscuridad del parpadeo.

O podría ser, que la actitud visual estuviera definida por la necesidad de no estar, de ausencia, por las ganas de desaparecer, sosteniendo la fantasía «que si hago el mundo borroso los demás no me verán».

Cada individuo tiene su historia visual, su actitud visual, fruto de las vivencias de su vida y las tensiones de sus ojos y su visión serán el resultado de las experiencias de adaptación, defensa y supervivencia.

Los desequilibre fijados en la manera de estar en el campo visual pueden estar apoyados con posturas, tensiones, asimetrías en el cuerpo.

Por ejemplo, si hay una parte del campo visual que no puedo habitar (es decir, un punto ciego) por un bloqueo, fruto de una situación traumática vivida, podría ser que estuviera relacionada con una escoliosis.  O también podría ser motivo de escoliosis una diferencia importante entre la visión de ambos ojos.

Una actitud visual de alerta podría relacionarse con grandes tensiones en la zona cervical, mandíbula, oídos… arrastrando la cabeza hacia adelante, descolocando las vértebras y creando grandes tensiones en las piernas y los pies para mantener la posición de  pie y no caer.

O una actitud visual de ausencia podría estar relacionada con un pliegue en la zona del pecho, que hiciera que, en la zona dorsal, se produzca una cifosis.Son ejemplos que podrían ilustrar una realidad visual relacionada con una realidad corporal, pero nunca definirían una relación estable.

Desde que trabajamos el cuerpo dando herramientas para poner conciencia en los ojos y la visión, las personas han ido encontrando informaciones importantes, claves energéticas y emocionales que están alimentando circuitos de tensión.

En el momento que un@ puede acceder a estas informaciones, existe la posibilidad de deshacer, de apropiarse de la historia profunda que está condicionándole de manera inconsciente.

Un estrés fijado en el campo visual central o un exceso de tensión del ojo dominante puede estar eclipsando  la parte intuitiva y creativa de nuestro ser, teniendo una vivencia más rígida de la realidad y perdiendo la flexibilidad que nos aporta una mirada con un buen equilibrio entre visión central y visión periférica.

O permitir vivir otro ritmo en el mirar donde hacemos protagonista nuestro consciente puede hacer que nuestra experiencia sea más real y menos abstracta, que podamos diferenciar entre lo que vemos y lo que sabemos y / o creemos que vemos.

También hay testimonios que hablan de la importancia de relajar los ojos para hacer un camino de contacto corporal por dentro, como si los ojos pudieran ser una puerta de entrada al cuerpo. «Relajar los ojos es relajar todo el cuerpo».

Poder relajar y reequilibrar nuestra visión, haciendo un trabajo de conciencia con el cuerpo es algo complementario y muchas veces necesario.

Siempre que dedicamos atención a nuestros ojos y en nuestra mirada, siempre mejora la calidad de lo que vemos afuera pero también adentro.

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