Hoy en día la relación entre cuerpo y mente es ya un concepto conocido. Hay, sin embargo, un elemento que nos ha permitido, en Diafreo, profundizar en esta búsqueda: la precisión que proviene de la observación, desde el método corporal más riguroso:
El Método Mézières.
Aunque en Diafreo los años de experiencia nos hayan llevado a desarrollar nuestra propia metodología de trabajo, el método Mézières nos ha dado y nos sigue aportando una sólida estructura.
Los trabajos y posturas propuestos en Diafreo respetan siempre sus principios: relacionar una parte con el todo, observar las compensaciones que se van produciendo en cualquier otra parte del cuerpo durante las posturas o movimientos de estiramiento, y observar siempre la respiración.
En Diafreo: al incorporar un trabajo de conciencia corporal a esta metodología, con el acceso a las tensiones profundas que nos proporciona, vemos como todos los complejos procesos psicológicos, energéticos, las disfunciones físicas y orgánicas, cobran una nueva comprensión.
Utilizamos estiramientos, movimientos y la respiración, para liberar estas rigideces profundas. Para atravesar las barreras escritas en los músculos, las vísceras y en toda la estructura corporal, liberando la circulación del flujo de vida y la respiración.
Aparece entonces que el inconsciente y los patrones psíquicos ligados a nuestra supervivencia están cristalizados y asegurados en estas profundas tensiones del cuerpo. Ahí quedaron escritas las memorias que estaba guardando y las emociones sumergidas y olvidadas.
Aflorarán cuando estos nudos suelten, al poder permitir, en este momento, prestarles presencia, atención y aceptación y, desde un proceso de integración, dejar que poco a poco vayan revelando sus significados.
La circulación energética también se vuelve evidente al soltar estas tensiones profundas, tanto por las vibraciones y temblores que a menudo aparecen, como por la presencia de corrientes que muchas veces siguen el trayecto de los meridianos.
Será la Propiocepción, ese flujo sensorial continuo, esta conciencia profunda corporal, que nos permitirá ir habitando cada parcela de nuestro cuerpo.
Y Habitar el cuerpo es uno de los pilares clave de la Diafreo, porque tiene que ver con volver a sostener nuestra experiencia emocional en nuestro cuerpo. Tiene que ver con lo que llamamos en Diafreo la Estructura Interna del Yo.
Esta Consciencia Interna nos permitirá conectar con el Espacio Interno, este espacio inmaterial, donde tenemos nuestras propias respuestas, nuestra propia sabiduría y nuestra conexión con el Todo.
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