[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row] Habitar el cuerpo. Habitar el cuerpo es una experiencia. Es ocupar todo nuestro cuerpo con nuestra energía, nuestra presencia. Dejando la mente en silencio, poder sentirnos presentes con la consciencia, con la Energía, en cualquier parcela de nuestro cuerpo, aceptando las sensaciones y las informaciones que nos devuelve. Estamos acostumbrad@s a vernos desde fuera, desde el espejo, las fotografías, la mirada de los demás; y resulta muchas veces desconcertante la propuesta de ir a sentir y ocupar el cuerpo desde esta mirada interior. Para much@s es una sorpresa darse cuenta de que, a pesar del deseo, ciertas zonas de su cuerpo permanecen cerradas, u oscuras, a su percepción interna. Una cadera puede permanecer cerrada por el recuerdo traumático de un accidente, o una cintura puede dificultar el paso a la percepción de las sensaciones que están en la pelvis, o un brazo guardar encerrado las ganas de pegar o acariciar. La propuesta en Diafreo, una vez desanudadas las tensiones que mantienen cerrados estos espacios del cuerpo, es ir a habitarlos con la presencia, la respiración, la energía; aceptar e integrar las informaciones, las emociones, que pudieran aparecer, para, con el tiempo, darles palabra y expresión. Desde esta presencia en la estructura interna encontraremos la confianza y seguridad para escuchar nuestras propias respuestas y la capacidad de sostén emocional propio.
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